Visualmente, “El silencio de los inocentes” se destaca por su intensa cinematografía y el uso de primeros planos que capturan el peso emocional de las interacciones de los personajes. La dirección de Demme equilibra magistralmente el suspenso y la tensión psicológica, creando una atmósfera de pavor que impregna la película.
Foster ofrece una actuación poderosa, encarnando la determinación y vulnerabilidad de Clarice, mientras que la interpretación de Hopkins del Dr. Lecter es a la vez escalofriante y carismática, lo que le valió un premio Oscar a Mejor Actor. La banda sonora de la película, compuesta por Howard Shore, realza el tono de suspenso y la profundidad emocional.
En definitiva, “El silencio de los inocentes” se destaca como una película histórica, que explora temas de poder, manipulación y las complejidades de la psicología humana, y sigue siendo un referente en el género del thriller.