Corte a un plano general de Motunui, la isla de Moana, ahora realizada con vívidos detalles de acción real, con exuberante vegetación, arquitectura tradicional polinesia y un pueblo animado. Moana, parada en la orilla, contempla el océano, mientras su sentido de la aventura y el deber la llaman una vez más.
De repente, la música aumenta y vemos a Dwayne Johnson como Maui, saltando desde un acantilado imponente y transformándose en el aire en un enorme halcón. Su presencia, más grande que la vida, domina la pantalla mientras aterriza dramáticamente, blandiendo su anzuelo mágico.
Maui, con su bravuconería característica, sonríe y bromea: “¿Me extrañaste?”. A medida que avanza el avance, vemos fragmentos del viaje de Moana. Zarpa en una majestuosa canoa polinesia, desafiando tormentas, navegando aguas traicioneras y encontrando criaturas nuevas y misteriosas. La química entre Moana y Maui se siente al instante, con momentos de humor, calidez y camaradería. Las bromas entre Zendaya y Johnson brillan, ofreciendo tanto profundidad emocional como diversión desenfadada.