Cincuenta sombras IV (2025) Pelicula

 

Cincuenta Sombras IV (2025): El amor no siempre es la palabra segura
Pensaban que el pasado había quedado atrás. Pero Cincuenta Sombras IV profundiza más que nunca: en el amor, el poder y las partes de nosotros mismos que intentamos controlar pero nunca comprendemos del todo.
Ambientada varios años después de Freed, Anastasia Steele-Grey (Dakota Johnson) es ahora una editora y madre de éxito, segura de su rol y de su voz. Christian Grey (Jamie Dornan) sigue siendo tan enigmático y poderoso como siempre, pero algo ha cambiado: está dejando ir. De los contratos. Del control. Del miedo. O al menos, lo intenta.
Pero cuando una misteriosa figura de la infancia de Christian —Isabelle Laurent, una ex Dominante interpretada con gélido magnetismo por Eva Green— resurge en Seattle, la paz que la pareja, con tanto esfuerzo, consigue empieza a desmoronarse. Isabelle no solo forma parte del pasado de Christian. Ella fue quien le enseñó a tomar el poder… y a temer perderlo.

Lo que se desarrolla gira menos en torno al escándalo y más en torno a la reflexión emocional. La película se atreve a preguntar: ¿Qué sucede cuando las reglas que una vez unieron tu amor ya no se aplican?
El director Sam Taylor-Johnson regresa para ofrecer un estilo visual refinado y elegante. La intimidad se mantiene, pero es más lenta, más rica y más emotiva. El erotismo aquí no es solo físico; se trata de la vulnerabilidad y la aterradora belleza de entregarse a alguien después de haberle dado todo.

Las actuaciones son las más sólidas de la serie. Johnson está radiante y autoritario, mostrando a Ana no como alguien que se deja guiar, sino como alguien que finalmente no tiene miedo de liderar. Dornan ofrece su interpretación más contenida y compleja como Christian, ya no escondiéndose tras la riqueza ni los contratos, sino enfrentando sus propios miedos como padre, esposo y hombre que intenta merecer amor.

El clímax de la película —una brutal confrontación emocional en una sala de juegos privada a la luz de las velas, donde Ana finalmente dice que no— es una de las escenas más impactantes de toda la franquicia. Sin látigos ni cadenas. Solo dos personas, completamente expuestas.
La banda sonora, a cargo de Hildur Guðnadóttir, es minimalista e íntima, palpitando bajo cada mirada, cada respiración, como un latido que intenta mantener la calma.

Puntuación: 8.7/10 – Seductora, madura y sorprendentemente cruda. Cincuenta Sombras IV cambia el impacto por el sentimiento y demuestra que la verdadera tensión en el amor no radica en el dominio, sino en atreverse a ser visto, completamente.